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En los meses posteriores a la rendición japonesa de 1945, Sakaguchi Ango, autor provocador e inconformista, escribió dos relatos reunidos bajo el título de Una mujer y la guerra. Cada relato ofrecía dos perspectivas distintas sobre la vida bajo las bombas: una masculina y otra femenina.
En 2012, Yoko Kondo, mangaka con un estilo único y cercana al círculo de la revista Garo, decide narrar el día a día de esa pareja entrelazando las dos historias en un único relato en forma de manga.
Una mujer exprostituta e incapaz de sentir placer comparte con su amante la exaltación erótica que le provoca el fuego y la destrucción en medio de las ruinas y los cuerpos carbonizados.
No es el amor lo que los une, sino el caos que los rodea. En medio de los bombardeos nocturnos, la mujer oscila entre un intenso deseo de vivir y el miedo a morir en un Japón que llega a su fin: «El gran fuego que devora el mundo y todo lo reduce a cenizas es lo único que me satisface».