Después de octubre de 1917, la revolución rusa se encontró inmediatamente confrontada al problema de un poder proletario aislado frente a una guerra imperialista que proseguía a escala mundial.
Antes de 1914 la Rusia zarista estaba aliada a Inglaterra y Francia. Este bloque, llamado «Triple-Entente», se oponía a otro intitulado «Triple-Alianza» que comprendia Alemania, Austria-Hungría e Italia. En el transcurso de la guerra, la primera coalición iba a ser reforzada por el cambio de campo de Italia (1915) pero sobre todo por la intervención de los Estados Unidos, cuyas tropas desembarcaron en Europa en la primavera de 1918.
Con el derrocamiento del zarismo por la ola revolucionaria de febrero de 1917, Rusia proseguía su compromiso militar en el seno de la «Triple-Entente», aumentando incluso una implicación militar que terminaría provocando una sangría entre las tropas rusas.
Desde el día siguiente de octubre, teorizando el repliegue sobre sí mismo avanzado por Lenin y la mayoría bolchevique, el gobierno de los Soviets había entablado negociaciones con el Estado Mayor de Alemania y de Austria-Hungría. Se firmó un armisticio. Con la renuncia a la preparación de una «guerra revolucionaria», es decir, a asumir una resistencia obrera armada contra todos los imperialismos para contribuir al surgimiento insurreccional del proletariado en otros países del mundo, las negociaciones de paz siguieron a las del armisticio.
TRATADO DE BREST-LITOVSK DE 1918: FRENAZO A LA REVOLUCIÓN
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Agotado
Editorial:
Coleccion del libro:
Idioma:
Castellano
Número de páginas:
210
Dimensiones: 210 cm × 130 cm × 0 cm
Fecha de publicación:
Materia:
ISBN:
978-84-607-3283-9
Traductor/a:
MADRID EXPÓSITO, EMILIO