Significación especial tiene para el lector hispanoamericano una obra como ´De Baudelaire al surrealismo´, puesto que la trayectoria indicada por el título es, en gran parte, la misma que ha seguido nuestra literatura en el último siglo. Ya Rubén Darío reconocía en ´Los raros´ (1896) cómo se nutrió en la lectura de parnasianos y simbolistas franceses, derivando de esta lectura la incorporación de ´´ciertas ventajas verbales de otras lenguas´´. Marcel Raymond ofrece en este libro, además de la exposición clara de una serie de movimientos literarios presentada como los desdoblamientos sucesivos de una misma tendencia -un ciclo que revela ´una coherencia misteriosa´ - que se extiende de los prerrománticos (Rousseau) al romanticismo (Hugo) al parnasianismo (Baudelaire) al simbolismo (Mallarmé) al presurrealismo (Apollinaire) al dadá (Tzará) y al surrealismo (Breton), las pistas para que el lector latinoamericano pueda seguir los pasos de estos movimientos en América Latina y de las modificaciones y logros alcanzados por nuestros autores. A un siglo de distancia puede observarse un vínculo entre romanticismo y surrealismo. Ambos movimientos responden a la necesidad de recuperar un estado libre del utilitarismo de una civilización pragmática en exceso. El surrealista vuelve los ojos al pasado en fuga de una civilización -la de entre guerras - de la misma manera que un siglo atrás el romántico, huyendo de la Diosa Razón, se había vuelto al Medioevo.