Procedentes de Alejandría, Flaubert y su amigo Maxime Du Camp emprenden en Beirut, ciudad de partida de esta segunda parte del Viaje a Oriente, un largo periplo que, del 19 de julio al 19 de diciembre de 1850, les llevará desde Líbano hasta El Pireo, pasando por Palestina, Siria, Asia Menor y Constantinopla.
Como en las páginas consagradas a Egipto, el texto de esta segunda etapa sigue siendo lacónico, telegráfico a veces, cercano al prontuario y deslumbrante por momentos. Paisajes, creencias, gentes, ritos y costumbres cosechados por un escritor que, entre entusiasmado y contenido, trata de captar imágenes susceptibles de acrisolar la experiencia de su viaje por Oriente.
Ilustrado con fotografías de Maxime Du Camp
LÍBANO-PALESTINA
AUTOR/A
FLAUBERT, GUSTAVE
Gustave Flaubert está considerado como el introductor del realismo francés del siglo XIX. Su obsesión por el estilo, por la búsqueda del mot juste (la palabra justa), hizo que sus obras, consideradas como escandalosas por la sociedad de su tiempo, lograran un reconocimiento unánime por parte de la crítica y de sus compañeros de letras. Tímido hasta lo patológico y en ocasiones arrogante, Flaubert no se granjeó demasiadas amistades a lo largo de su vida. Su carácter, que podríamos calificar de inestable, le llevó a padecer crisis nerviosas que derivaron en una salud frágil. Flaubert, prematuramente anciano, murió de una apoplejía a los 58 años. Contemporáneo del otro gran genio de la literatura francesa, Charles Baudelaire, Flaubert nos lega una obra deslumbrante que arranca con Madame Bovary (1857), sigue con Salambó (1862), La educación sentimental (1869), La tentación de San Antonio (1874), Tres cuentos (1877) y se cierra, póstumamente, con Bouvard y Pécuchet (1881).