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Durante el Siglo de Oro, los jardines se erigieron en uno de los espacios nobiliarios más sugestivos: Arte y Naturaleza, contemplación y exhibición suntuaria caminaban de la mano en un entorno concebido para el retiro y el deleite. Presidida por un enfoque interdisciplinar, esta monografía traza la historia de un jardín barroco hoy desaparecido, el que poseyó el VI Conde de Monterrey en el Prado Viejo de San Jerónimo de Madrid. Además, analiza la figura de su propietario -uno de los próceres más destacados del aula regia de Felipe IV- y rescata el valioso reflejo que tuvo en la poesía laudatoria. Igualmente el volumen aspira a iluminar aspectos capitales en este tipo de escritura: las conexiones con el panegírico, la relevancia que asume la écfrasis, los modelos antiguos y modernos que sustentaron aquellas composiciones descriptivas.