Para envío
Caminar sin que el suelo rezume sangre, habitar la
ciudad sin que al doblar la esquina nos asalten los
fantasmas del pasado más deleznable, nombrar
sin ocultar, recordar sin que nadie nos imponga el
recuerdo?
Nuestros deseos parecen razonables y son cohe-
rentes con el anhelo democrático, pero algunas ins-
tituciones rebeldes siguen negándose a «limpiar» el nomenclátor de las marcas que dejó el franquismo.
Este libro tiene memoria y nos ayuda a entender
que en cada nombre de cada calle hay una disputa política y que, a día de hoy, esa batalla la gana el romanticismo franquista que, por un lado, mantiene vivo el espíritu de su `cruzada? y, por otro, blanquea a quienes fueron cómplices necesarios de un régimen sanguinario y dictatorial.
"Poblar nuestros espacios públicos con nombres
que no sean innombrables constituye (..) un acto de emancipación democrática", asegura Toni Morant i Ariño y nosotras queremos que nuestras calles sean espacios democráticos que puedan ser nombrados.
Sobre la autoría
Colectiva La Vorágine. Este libro está escrito a varias manos y muchos corazones. La colectiva la Vorágine está conformada por gentes diversas a las que une la decisión de resistir a la barbarie del sistema y el convencimiento de que en la memoria hay una herra-
mienta poderosa para no perder la ruta.
