Cae en mis manos esta breve obra narrada por la señora Todd, quien recuerda, durante una tormenta, unos hechos que sucedieron en su pequeño pueblo cuando ella, la extrajera, llegó en el barco un marinero. Parece sencillo. Es sencillo. Es sencillo pero profundo, porque muchas veces así pasa con la literatura de altura, que casi ocultando palabras llegan a mucho más que mostrándonos todo.
Es «La extrajera» una obra breve e inédita de Orne Jewett en nuestro país. Es «La extrajera» un canto a la mujer escrito a principios del XX, que siempre tiene más mérito. Un canto sobre la soledad y el vacío creado, sí, pero que entonado con las palabras justas convierte esa soledad en apoyo entre mujeres y transforma ese vacío en alianza. A principios de XX, recuerden.
Ay la sutileza narrativa. Cuánto la echaba de menos.
Orne Jewett relata con sencillez.
Clara Fuentes ilustra con sencillez. Porque si la palabra es importante en este libro también lo es la ilustración. Fuentes es expresividad y color. Trazo firme. Rotundidad.
Por sus palabras y por sus imágenes, que una no sabe en ese pequeño volumen que vale más. Mil palabras, una imagen. O dos, o tres. ¿Para que escoger cuando podemos tenerlo todo?