Librería Traficantes de Sueños
Entrada libre
Aforo limitado
Espacio accesible
CANCELADA.
Por motivos personales se cancela la presentación del libro.
Sentimos las molestias
Presentación del libro "Tiempo Roto" de Margot Chamorro con la participación de:
Lucila Benítez. Es filóloga y forma parte del Grupo de Investigación Bibliográfica de AMESDE (Asociación para la Memoria Social y Democrática), que cada año, desde 2014, publica un volumen donde repasa la producción bibliográfica dedicada a la narrativa sobre la Guerra Civil y el franquismo.
Ignacio Castro Rey. Es filósofo, crítico de cine y arte, gestor cultural y profesor. Además de múltiples artículos y conferencias, ha publicado diversos libros. El último de ellos es Lluvia oblicua (Ed. Pre-Textos, 2019). (www.ignaciocastrorey.com)
Emma Rodríguez Chamorro. Traductora de Tiempo roto. Es profesora de Matemáticas y Máster en traducción por la Universidad Complutense. Es sobrina de la autora.
Alba Ara. Periodista, Máster en Estudios de las Mujeres y de Género y responsable de comunicación de Ménades Editorial.
«...entonces ya nada fue igual. El tiempo se rompió en dos, uno fue el de antes de la guerra, y el otro fue el de después».
Sigue viva entre nosotros la memoria de la Guerra Civil, y también la de los largos y crueles años de la posguerra; una época gris y amarga, sobre todo para quienes tuvieron que ver cómo sus ideales quedaban aplastados. Ese es el tiempo roto del que Margot Chamorro habla en este emotivo libro. A través de los ojos de la autora, que evoca sus recuerdos de infancia como una niña nacida en una familia de los vencidos, nos comparte este relato testimonial que, con su apasionada sinceridad, nos llega directamente al corazón.
A Margot Chamorro, desde muy pequeña, le gustaba observar todo lo que le pasaba por delante de los ojos: las peleas, el barrendero, el callejón, los pájaros, el sol, las nubes... Era todo tan hermoso que soñaba con plasmarlo, pero estaban viviendo la guerra del año 36, y no tenía pinturas, ni lápices, ni un trozo de papel para poder hacerlo. A pesar de ello, ella iba a la plaza de Calatrava y buscaba en la basura pequeños trozos de teja con los que dejaba grabadas en el suelo sus fantasías. En invierno la lluvia las borraba, pero, obstinada, las pintaba una y otra vez. De mayor, fue a la Academia Cid a estudiar dibujo, que más adelante le sirvió para ponerse a trabajar. De la mano de su profesor leyó aquel libro, Chiquillos, de William Saroyan, que la impulsó a poner por escrito todo lo que había vivido. Así nació este, su primer libro. Escribió además narrativa, teatro, artículos, cuentos y poesía infantil y adulta, colaborando en ediciones colectivas, periódicos y revistas, y ejerciendo de cuentacuentos. También pintó óleos y acuarelas que expuso en el Parador Nacional de Tui.
