Lo urbano y el Maligno. Sobre la posesión diabólica de las ciudades y su remedio. Manuel Delgado

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Contested Cities
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28/11/2013 - 19:00
Conferencia

Traficantes de Sueños

Todas las ciudades están poseídas por el genio maligno de lo urbano. A la condena bíblica de las ciudades-ramera —Babel, Nínive, Babilonia, Sodoma, Gomorra, Roma…—, la revolución cultural protestante le sobrepone una descalificación global del mundo como consecuencia de la nueva doctrina sobre la acción gratificante del Espíritu Santo, presente ahora solo en la recién creada esfera de la subjetividad.

A partir de ahí, el espacio y el tiempo pasarán a pertenecer al campo categorial de la criatura, cuyo contacto con el espíritu no puede resultar sino contaminante. De ahí que un exterior sin Dios deba quedar corresponder al Estado civil, única salvaguarda ante el Mal que ahí fuera acecha. Es ese desalojo de lo trascendente que acompaña el proceso de modernización —esto es de urbanización— lo que convierte las calles de las ciudades en un desierto por el que pululan sonámbulos sin alma, náufragos a merced la incertidumbre y la desesperación, en un teatro que ya lo es solo de los circuitos irracionales de muchedumbres desorientadas o enloquecidas. Tanto el pensamiento antiurbano como la propia intervención planificadora no se han podido desprender de esa voluntad última por redimir las ciudades de su pecado de desobediencia original, por exorcizarlas del demonio que en su interior se agita y que no es otra cosa que la vida.

 

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