Katharine Meyer Graham (Nueva York, 1917 – Boise/Idaho, 2001) pasó de ser una ama de casa ejemplar y “esposa felpudo” a convertirse en una de las mujeres más poderosas del mundo. Tras el suicidio se su marido en 1963, Katharine tomó las riendas de la empresa familiar, un conglomerado editorial cuya joya de la corona era el Washington Post. Graham tuvo que vencer la desconfianza de un entorno machista y su propia falta de autoestima. Lo hizo con una mezcla de modales sofisticados de niña rica y su tendencia a “insultar como un marinero”. En 1971 publicó, en contra de las presiones del Gobierno y del consejo de sus abogados, los Papeles del Pentágono sobre la Guerra de Vietnam. Protegió a Carl Bernstein y Bob Woodward en su investigación de caso Watergate. “A Katie Graham se le va a quedar la teta atrapada en un escurridor grande y gordo si eso es publicado”, amenazó el jefe de campaña de Nixon, John Mitchell, antes de que saliera publicado el primer reportaje. Nixon cayó y Graham siguió al frente del periódico hasta 1991. Murió en 2001, a lo 84 años.