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El mundo en el que vivimos exige, hoy más que nunca, un examen basado en el conocimiento histórico. Sin embargo, los anarquismos posmodernos, renegando de la verdad y la razón, reniegan también de la lucha de clases y el anticapitalismo. La posverdad, la impostura y la incoherencia son sus nuevas y extrañas banderas. Como advierte Amorós, «al renunciar a la razón, tal como suele hacerse ahora, las puertas quedan abiertas a cualquier deriva?»