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Tras el "cierre temporal" de la asamblea por una vivienda digna madrileña, algunos de sus activistas hacen balance.
Roberto Blanco Tomás.
Fotografías: Álvaro Minguito.
Hace ya un lustro que una marea de gente descontenta inundó las calles españolas. Eran mayoritariamente jóvenes, pertenecientes a ese sector de la población que se ha dado en llamar "mileuristas", y en su mayoría no habían participado antes en movimientos reivindicativos, ni teman carnet de ningún sindicato o partido político, pero afrontaban un tema que era ?y sigue siendo? troncal dentro de la agenda político?social de este país. No se trataba de una protesta organizada, al menos al principio. Cuatro años después, en 2010, la sección madrileña de la Asamblea Contra la Precariedad y por una Vivienda Digna decidía quedarse en "stand by". El motivo: desgaste. Cumplido todo este ciclo de movilizaciones, los militantes de esta plataforma observaban que cada vez eran menos las fuerzas para seguir reclamando lo que ellos consideran un derecho básico. No descartaban que el movimiento pudiera volver a resurgir, pero por el momento las cosas estaban así. Nos reunimos con ellos para hacer balance y ver qué ha quedado de una protesta que consiguió en muchos momentos una visibilidad mediática máxima. Este trabajo es el resultado de aquellas horas de conversación y reflexión.
Alacalle es el nombre de un proyecto periodístico en el que participan los autores del texto y las fotografías de este libro. Dicho proyecto parte de la convicción de que es posible y necesario un periodismo comprometido con la realidad que nos rodea, riguroso en su factura e independiente en su punto de vista. Ante una agenda mediática cada vez más marcada por los distintos poderes, servida por sus gabinetes de prensa y copiada-pegada casi sin filtrar en los medios tradicionales, creemos indispensable reivindicar otro tipo de periodismo, que no es nuevo porque es "el de toda la vida": el que sale a la calle para observar directamente la realidad y mostrarla después al público, aunque a alguien se le atragante el desayuno...