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¿Por qué la fascinación por Antígona se actualiza una y otra vez convirtiéndola en uno de los personajes literarios que más comentarios ha suscitado a lo largo de la historia de Occidente? ¿Por qué es considerada como el emblema del sentimiento ético y, al mismo tiempo, una figura paradigmática de la desobediencia civil? ¿Qué puede decirnos su gesto que aún nos pueda servir para la praxis política? Raúl Olivencia trata la acción ético-política de Antígona, desarrollada en la tragedia homónima de Sófocles, desde la perspectiva de una «antropología de lo siniestro», no solo porque su acción está determinada por la muerte, sino, sobre todo, en el sentido freudiano de lo unheimlich, al hacer de lo extraño (las leyes no escritas) algo familiar (parte de una legislación histórica vigente) y, al revés, de lo familiar (el hermano muerto), algo extraño (una sepultura). El libro plantea, por un lado, un recorrido crítico por la figura de Antígona, a través de los comentarios de Hegel, Lacan, Butler o Steiner; por otro, un recorrido subterráneo que desemboca en la propuesta de una «política siniestra», en oposición tanto a la derecha como al derecho.