Para envío
Escribo aquí porque la voz se ha desbocalizado.
En el pensamiento siempre ha prevalecido la palabra. El reino de la palabra y el significado ha hecho sombra a la voz. Le han restado voz, le han quitado la carne, le han borrado el cuerpo.
En el reino del significado, la palabra no emana de la boca, de la garganta, ni de los pliegues del cuerpo. Y la voz ha sido contemplada, entendida e investigada de manera superficial. La unicidad, la unicidad que nos hace únicos con los otros, ha sido arrinconada.
Se ha olvidado la fuerza de la voz, de la palabra y, por tanto, la fuerza que puede desestabilizar los códigos del lenguaje. Pero hay voz. La voz de todos y de nadie. Que es sonido y materia. Y que en su imperfección, transciende la palabra. Este texto habla sobre hacedores y hacedoras de voz. Atraviesa historias y momentos en los que la voz se bocaliza. O dicho de otro modo, este texto habla de historias de hacedores y hacedoras de voz porque sus sonidos me han atravesado.
Beltzuria es una reflexión estética y ética sobra la materialidad de la voz.