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Uno piensa que las revelaciones de nuevos autores teatrales deberían, sobre todo, producirse en los escenarios, pero la verdad es que muchas veces no es así, y que hay obras excelentes que nunca llegan a ellos, y, en fin, que son los libros los que nos revelan muy buenos textos teatrales, que, si no son efectivamente teatro, al menos están escritos con la intención de serlo.
De los dos casos que comentamos aquí, éste no es el de Emma, pues se trata de una pieza que nos llega traducida y con un pasado escénico brillante, habiéndose representado con éxito ya, por lo menos en Nueva York (1976 y 1986), Boston (1977), Londres (1987), Edimburgo (1987, en aquel festival), y Tokio (1990). Es aquí, pues, entre nosotros, donde esa revelación -todavía no muy tardía, afortunadamente- se produce ahora, y ello en este panorama cultural nuestro, bastante pobre en hallazgos y en inquietudes de descubrir nuevos valores. (¡Que los descubran otros!, deben decir las empresas y los grupos, igual que Unamuno llegó a decir aquello de: ¡Que inventen ellos!). En cuanto a cuándo podremos ver nosotros Emma de Howard Zinn en nuestros escenarios, sólo Dios lo sabe. También podría ser que nunca.
Pero en cuanto a Harmattan, sí es una revelación absoluta: una "historia" que está empezando justamente aquí y ahora, con la aparición de su texto en esta serie editorial que ya va siendo un buen repertorio para un teatro de nuestro tiempo: la colección Skene de "Hiru". Alberto de Casso Basterrechea es, por lo que hemos sabido, un "cuarterón de vasco" -¿se puede decir así?-, nacido en Madrid, y con una honda experiencia africana, lo que hace de la suya una personalidad atípica entre nosotros, por no decir anómala; y como autor ya tiene un antecedente notable con el Premio Calderón de la Barca que se le concedió a su obra Los viernes del Hotel Luna Caribe, en 1999, para luego, en el año 2000, estrenarse en el festival Madrid Sur y en la sala Mirador de Madrid "con gran acogida de público y crítica". Pero nosotros nos atrevemos a pronosticar que será este drama -Harmattan- el de su definitiva revelación como autor dramático.
Revelaciones, una y otra, con características, muy diferenciadas, la obra de Howard Zinn, tan admirado ya como historiador -y luego como autobiógrafo- entre nosotros, es una llamada de atención hacia las virtualidades de un teatro político en nuestro tiempo, en un modo nada ortodoxo en relación con los postulados de Piscator y del posterior teatro documento, en la medida en que sus personajes son un mundo complejo y rico, y no meros portavoces de tendencias sociales y políticas; y la de Alberto de Casso comporta una ruptura con cierta moda española en el teatro más o menos experimental, incorporando a la escena un mundo, digamos, "atmosférico", que poco o nada tiene que ver con ese teatro -también digamos- "algebraico", que presenta situaciones en las que los personajes se pueden llamar 1, 2, 3... o bien A, B, C..., y ello en un mundo abstracto que puede ser cualquier parte, o quizás ninguna: Un tipo de drama "descarnado", en sus puros huesos, que acaso sea una mala herencia -ya se sabe que los grandes autores suelen ser, involuntariamente, malos maestros- de los bocadillos (las réplicas cortas) del Godot de Samuel Beckett.
Interesantes experiencias, pues, o propuestas de que se hagan: en Zinn hay personajes y no sólo sujetos históricos (la misma Emma Goldman, habiendo sido una persona histórica, una famosa anarquista, es aquí un verdadero personaje); y, desde luego, el autor no nos sirve una tesis. En De Casso, hay "atmósfera", como decimos, un espacio sensitivo, y ninguna "indiferencia" geográfica. El título del drama hace referencia a la presencia agobiante de este viento (¿o polvo atmosférico?), y a su actividad penosa y degradante, de modo análogo a como ocurre en grandes dramas como El Simún de Lenormand, o Combate de negro y de perros de Koltès (donde hay una presencia, precisamente, del harmattan); pero con un acento tan propio y personal que no hace pensar en una influencia, directa al menos, de aquellos autores. También aquí hay verdaderos personajes, y su aventura se sigue con verdadera inquietud. ¿Se ve algo así en los escenarios últimamente? ¿Se verá algo así en los próximos años?