Durante cuatro años, los franceses vivieron bajo la dominación de la Alemania nazi. Reaccionaron a esta situación extraordinaria de distintas formas: algunos, oponiéndose a ella; la mayoría, sometiéndose y resignándose; y otro grupo, bastante numeroso, adaptándose o intentando establecer un pacto con el vencedor. Este libro intenta analizar por primera vez las reacciones de la sociedad francesa ante la presencia del ocupante: el gobierno de Vichy, los grupos políticos, la opinión pública, la Iglesia, los empresarios, los banqueros, los editores, los escritores... Y para ello estudia la diversidad y la evolución de sus comportamientos, desde el compromiso colaboracionista hasta las formas más cotidianas, manifiestas o subrepticias de cohabitar con los vencedores: la búsqueda de trabajo, el aprendizaje del alemán, los contactos con el ocupante, las visitas a conciertos o conferencias organizados por los nazis... Ante una situación extraordinaria, los franceses tuvieron que establecer la línea divisoria entre lo aceptable y lo inaceptable, distinguir entre lo digno y lo indigno, entre el bien y el mal, a partir de la imagen que tenían de sí mismos, de su país y de sus intereses. El resultado de su respuesta ambigua y vacilante fue una herida que todavía permanece abierta.