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Victoria es ingeniera de obras públicas y trabaja en las obras para el soterramiento de la M-30. Santiago es un obrero que maneja una de las máquinas que da título a la novela. La muerte de un trabajador por incumplimiento del reglamento laboral y el intento de la empresa de ocultar la aparición de un yacimiento de interés arqueológico da lugar a una singular relación entre ambos. Santiago es un trabajador con alta conciencia política y Victoria poco a poco se pasará «a su bando», enfrentándose con sus jefes, su novio y su familia. Con el trasfondo de una novela social, la historia de Victoria y Santiago se plantea como una comedia de enredo amoroso, al estilo Vacaciones en Roma.