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Espero en estos Apuntes rescatar pensadores y sobre todo ideas que fueron arrinconadas por las élites dirigentes, pero que pueden aún hoy sernos útiles al Común, aunque sea sólo como sugerencia, esbozo, pócima clandestina o arma desenterrada. Esto ya me merecería el esfuerzo. Ante el clásico de que la historia la escriben los vencedores, intentar buscar la otra o las otras historias, las de los perdedores o los emboscados. La del Común sojuzgado una y otra vez, y una y otra vez rebelde de nuevo, pidiendo paso y protagonismo. Llevando el mundo, aunque no sus monumentos.
Esta es la visión comunera que propongo: una visión transversal porque atraviesa partidos y personajes, cruza siglos y territorios. A veces afloró conscientemente como en el siglo XVI castellano, en el XVII inglés, entre el XVIII y el XIX en los nacientes Estados unidos, en la revolución jacobina francesa, en los comuneros románticos hispanos? Y se mantuvo en la memoria colectiva y serpenteó entre los autores cultos. Llevando siempre de fondo el mismo asunto: el Común soberano, o las Élites dirigiéndolo.
En el siglo XX la tensión se internacionalizó llevándola a las relaciones coloniales, y a las de género. Hoy mismo está en las comunicaciones, que se debaten entre una opinión controlada desde minorías que manejan grandes medios, frente a la posibilidad de redes horizontales. La dialéctica es clara: o soportamos tramas directivas creyéndolas necesarias, viéndolas hoy y mañana vencedoras a través de su ?competencia?; o creemos en las Comunidades humanas, cooperativas y solidarias.