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La conquista de la jornada laboral de las ocho horas fue el resultado de una lucha tita´nica del movimiento obrero organizado que, desde los lejanos años de la Primera Internacional, se reivindicaba. En este aspecto reivindicativo se desarrolló la historia de la Confederación Nacional del Trabajo, desde sus inicios fundacionales en 1910 hasta el Congreso de Sants de 1918, cuando se organizaron los sindicatos únicos siguiendo los pasos anarcosindicalistas de acción directa, federalismo, solidaridad y apoyo mutuo. El ensayo también hace un recorrido por la historia de la lucha de las mujeres trabajadoras para el reconocimiento de condiciones igualitarias con los hombres. La conquista de las ocho horas seguía siendo un hito de todas las reivindicaciones obreras de Espanña, pero fue en Cataluña donde un con icto de tipo local como el de la Canadiense se convirtió en el gran caballo de batalla de los nuevos sindicatos únicos de la CNT. Los obreros, con una gran inteligencia, supieron desarrollar una estrategia esencial para vencer las perspicacias de la patronal y desmenuzar la represión gubernamental. Precisamente fue después de esta conocida huelga cuando el Gobierno español, presidido por el conde de Romanones, el 3 de abril de 1919 firmaba el Real decreto de la jornada de ocho horas o de cuarenta y ocho horas de trabajo semanal. La lucha obrera fue larga, ya que se enfrentaron a una intransigente patronal que aplicoó su propia "ley", condenó a los trabajadores al hambre con los lockouts y financió pistoleros a sueldo