«Tras haber sido el hombre imposible a quien fascinaba lo más inaceptable, se hizo el hombre de lo imposible, ávido de alcanzar el punto en que -en el vértigo de lo dionisíaco- lo alto y lo bajo se confunden y donde la distancia desaparece entre el todo y la nada.»
Michel Leiris
«¿Es seguro que Bataille habla de sí mismo? (...) ¿Quién fue el sujeto de esta experiencia?»
Maurice Blanchot
«El místico, como el libertino, desafía la ley de la duración, viola los preceptos que permiten la vida colectiva, su quehacer es también estéril en términos "productivos" y su conducta antepone la muerte a la vida. Es la mutua indiferencia ante la muerte lo que emparenta, según Bataille, al santo y al voluptuoso, y no el sexo.»
Mario Vargas Llosa
«De Georges Bataille puede decirse que no escribe en absoluto puesto que escribe contra el lenguaje. Inventa cómo es posible no escribir escribiendo. Nos desenseña la literatura. (...) ¿Cómo es posible no escribir hasta ese punto?»
Marguerite Duras
«La imagen del viento caracteriza el modo en que la verdad nos ocurre en toda su "violencia negativa". "El viento de la verdad ha respondido como una bofetada a la mejilla tendida de la piedad": inmaterial y dinámico, exclusivamente figurable por medio del indicio y bajo el aspecto de sus efectos, mensajero sin mensaje de lo que viene de lejos, el viento es finalmente la mejor imagen del modo impío en que el autor de Lo imposible nos habrá entregado la verdad.»
Marguerite Duras
Georges Bataille es autor de una obra llamada a la diseminación.Alguno de sus libros: La summa atheologica, La historia del ojo, Madame Edwarda, La parte maldita, El erotismo o Lo imposible, son o serán cossiderados ?cuando el lector acompañe con su penumbra la penumbra que viene de ellos? textos fundamentales entre lo que se ha escrito en el siglo XX. Su obra ha fascinado y ha irritado.
Del mismo modo que Bataille supo concitar una extraña fascinación en torno a sus libros y a su pensamiento, supo también en la misma medida irritar a todos, empezando por Breton que reprochaba a Bataille el complacerse en «lo más vil, desesperanzador y corrompido», y siguiendo por Sartre que, cuando Bataille manifiesta que prefiere «ser un santo o un loco antes que un filósofo», no duda en tacharle de «nuevo místico» y en acusarle de preparar con La experiencia interior «un pequeño éxtasis panteísta».
Clasificado ?como no podía ser de otro modo? como un autor inclasificable, Georges Bataille se ha convertido en autor de una obra que no dejará de trastornar a quienes. quieran, tal como ya ha hecho con quienes han querido, sacar algo (positivo) de ella. La literatura, según sus propias palabras, «no se puede reducir a servir a un señor. NON SERVIAM es, se dice, el lema del demonio». Por eso, su escritura se codea con el mal, es decir, con la parte del demonio, y se produce como un ejercicio de pura pérdida, o de permanente dilapidación de unos recursos que se arrojan sin pensar en las consecuencias, con la única intención de preservar su facultad transgresora.
Por esto mismo, Lo imposible no es una obra para la polémica ni para el escándalo. La escritura de Lo imposible pretende contener una violencia negativa que tendría que rebasar todas esas formas simples de negación. En ese sentido, tal vez el título de su primera edición en 1947, El odio de la poesía (donde aparte de la palabra «odio» referida a la poesía habría que subrayar también la preposición «de»), se refiera mejor a la clase de trastorno hacia el que ella se orienta.
Lo imposible está a su vez formado por tres libros que contribuyen a recalcar su radical excentricidad: no los coordinan ni los acontecimientos que narran, ni los personajes que se citan en ellos (con los que tal vez cabría hacer un juego sutil de identificaciones), ni siquiera la posible verdad que expresan. Y, sin embargo, algo los unifica dentro de su imposible unidad, donde la rabia y el deseo que los penetran, el horror y la muerte que los habitan, la angustia y el desenfreno que los animan, la violencia y el éxtasis que los inspiran, reunidos finalmente en el estallido de una risa imposible, desembocan en una clase de asfixia que no se produce por el estrechamiento insoportable de los límites, sino por la no menos insoportable pérdida completa de todo límite.
Mención aparte merecen los personajes que se mueven dentro de un relato como Lo imposible, es decir, los héroes de Bataille. Curiosos "héroes" que viven una existencia trágica sólo en cuanto que carecen absolutamente de destino: viviendo cuando ya están privados de vida, añorando la muerte cuando ésta ha perdido toda facultad de proporcionar un desenlace, deseando, en fin, cuando el deseo literalmente no sirve para nada. Se ven entonces arrojados a una existencia bañada en un extraño «erotismo» (extraño para nosotros, natural para ellos), ése que, según lo definió Bataille, es «la aprobación de la vida hasta en la muerte». Ahí se encuentra la tremenda experiencia (imposible y de lo imposible) que quiere encerrar Lo imposible: el erotismo es cosa de vida y muerte; pero, precisamente por eso, comunica necesariamente con la poesía y con la pasión desordenada ?el odio? que la alimenta, al tiempo que ella misma la alimenta.
LO IMPOSIBLE
AUTOR/A
BATAILLE, GEORGES
Georges Bataille nació en Billon, Francia, en 1897 y falleció en Malmaison en 1962. Hombre a quien gustaba trabajar en la sombra, pasó a ser sin embargo uno de los pensadores europeos más innovadores e importantes de entreguerras. Fundó diversas revistas, entre las cuales dos que hicieron historia: Documents y Critique. Escribió ensayos como La littérature et le mal, El erotismo (Marginales 61), L?expérience intérieure y La part maudite y, en el terreno de la narración erótica, textos extraordinarios, como Historia del ojo, Mi madre seguido de El muerto, Madame Edwarda y El azul del cielo (La sonrisa vertical 10, 19, 25 y 44). Para él, toda creación es un proceso mediante el cual el hombre se supera transgrediendo todos los tabúes, en particular los relacionados con el erotismo y la muerte.<BR><BR>Editorial Tusquets