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Este manifiesto nos recuerda que un animal de compañía y su dueño son herederos de toda una serie de relatos preexistentes y que encarnan en su propia piel la historia conjunta de ambas especies, la biología, el postcolonialismo, los discursos queer y todo aquello que acontece en la naturocultura. Analizando este tipo de relatos, de la forma irónica que caracteriza a Donna Haraway, ésta indaga en lo que significa ser especies de compañía, en cómo es posible la convivencia entre seres que divergen en su biología y en su cultura, y cómo todo ello crea una historia conjunta imposible de obviar frente a los animales con los que compartimos la existencia.