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Este libro pretende acercar al lector a conocer cómo los militares sublevados contra la II República el 18 de julio de 1936, y el Ejército de la naciente dictadura, organizaron un sistema de trabajos forzados para los prisioneros de guerra que iban capturando durante la Guerra Civil y que en los campos de concentración eran declarados como desafectos al llamado Glorioso Movimiento Nacional. Una vez acabada la contienda, incluyeron en este sistema de trabajos a individuos con otras procedencias (reclutados para cumplir con la llamada ?mili de Franco?, presos que salían en libertad condicional, sancionados por la Fiscalía de Tasas?).
El título de esta obra se debe a las palabras de Francisco Barreña, un joven de la UGT nacido en Durango que trabajó como prisionero en Espinosa de los Monteros (Burgos) quien explicaba cómo les ordenaban recoger bombas, alambradas y demás restos bélicos en el monte. Este era, sin duda, uno de los trabajos más peligrosos que realizaron por el riesgo de sufrir explosiones.
En la obra se explican las diferentes vías por las que decenas de miles de personas fueron forzados a trabajar durante la España en guerra y la posguerra, siendo explotados como mano de obra barata. Tras ello, el libro se centra en el sistema de explotación organizada por los militares sublevados desde la red de campos de concentración en la que se amontonaban centenares de miles de soldados capturados, para clasificarlos y desviar parte de ellos a diferentes batallones de trabajo forzado. Encuadrados en estas unidades militarizadas, realizaron muy diversos trabajos: fortificación, desactivación de minas y bombas, construcción de carreteras, caminos, puentes?, dirigidos a las necesidades logísticas y económicas para ganar la guerra y para reconstruir la que los sublevados llamaron Nueva España.
Introduciendo al lector en el conocimiento de los campos de concentración en Castilla y León y en este sistema de trabajos, se dedica ampliamente al conocimiento pormenorizado de los tipos de trabajos que estos prisioneros tuvieron que impulsar en las nueve provincias de la actual Castilla y León, aportando localizaciones, cifras de personas que los desarrollaban, tipos de trabajos, duración, etc.
Unos mapas acompañan e ilustran esta cartografía del trabajo forzado, además de ofrecerse al final del libro un inventario que, por provincias, se informa de todos las localidades donde el autor ha detectado trabajos de este tipo. Todo ello, sin dejar de acercarse a las condiciones de vida de las personas que sufrieron este tipo de violencia: humillaciones, disciplina, castigos, hambre, frío y enfermedades tanto en los campos de concentración como en los trabajos forzados.
Este libro no sólo es una aportación interesante para aquellas personas que quieran adentrarse o ampliar el conocimiento histórico local castellanoleonés en cuanto a lo acontecido durante la Guerra Civil y la dictadura en este territorio. Sin duda, este libro también constituye una herramienta muy útil para el tejido asociativo de recuperación de la memoria histórica, así como para el conjunto de la sociedad. La información proporcionada en este libro sirve para impulsar políticas de la memoria en Castilla y León, así como en todos los municipios escenario del trabajo forzado citados en este libro, ya que son múltiples las posibilidades que se abren a partir de esta exhaustiva investigación, tanto a nivel de señalización o musealización como en el ámbito educativo. Con todo esto, este libro es un ejercicio de investigación, conocimiento y divulgación de la historia y la memoria de tantos miles de represaliados por el franquismo.