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Mayo del 68 representa para toda una generación -y por muchas razones- un hito en las ilusiones de transformación de la sociedad, pero también un lamentable lugar común para cita de quienes abjuraron a tiempo de sus ilusiones juveniles. Por el contrario, los autores de este texto, ajenos por igual a la nostalgia y al cinismo, emprenden treinta años después de aquella fecha una reflexión sin subterfugios acerca de su propia experiencia y de las limitaciones prácticas y conceptuales que, desde la ultraizquierda al situacionismo, no pudieron impedir la conversión de Mayo del 68 en una caricatura cultural. Pues, tal como manifiestan en el Prefacio, "este libro es el fruto de una tentativa para sobrepasar las decepciones de estos treinta últimos años, de honrar ese espíritu de Mayo del 68, a pesar de sus ambigüedades, y para aportar razones a quienes no han renunciado a esperar, así como a las nuevas generaciones asfixiadas por el culto al Dios-Yo y que, a menudo, no oyen hablar de aquel tiempo sino a nuestros enemigos. Y si al final de estas reflexiones, que comenzamos, como deseaba André Prudhommeaux, anteponiendo algunos "de los candentes y embarazosos problemas que, tarde o temprano, necesariamente nos planteará la realidad", conseguimos poner en su justo lugar algunas de las cuestiones que el pretendido socialismo científico había ahogado precipitadamente bajo las vanas certidumbres de la experiencia histórica y que el capitalismo triunfante se apresta a enterrar definitivamente, habremos alcanzado un poco nuestro objetivo".