¿Cómo se accede a una obra de arte para su mejor comprensión? ¿Ateniéndose de manera exclusiva a los materiales ideológicos y de forma que en su época influenciaron sobre su creación o introduciendo en su análisis elementos de lectura del presente? Una y otra posición han cimentado a lo largo de la historia distintos caminos de interpretación del arte. El profesor de la Escuela de Altos Estudios de París, Georges Didi-Huberman, un estudioso sumamente leído en estos años, propone como solución una apertura en el estudio de esa historia a fin de que puedan concretarse lo que él llama los montajes anacrónicos, o sea la captura de las vertientes multitemporales que inciden en la arquitectura de una obra, al modo que lo practicaron Marcel Proust o James Joyce. La complejización de los modelos del tiempo, atravesados por el espesor de memorias múltiples, permite, dice este autor, tejer de nuevo las fibras que constituyen una obra de arte y así lograr una profundidad que de otro modo no se consigue.
AUTOR/A
DIDI-HUBERMAN, GEORGES
Filósofo e historiador del arte, enseña en la École des Hautes Études en Sciences Sociales. En sus investigaciones, se ocupa de la historia y la teoría de las imágenes del Renacimiento al arte contemporáneo y, especialmente, de los problemas de iconografía científica en el siglo XIX y sus usos por parte de las corrientes artísticas del siglo XX. Es autor de más de una sesentena de obras.