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La historia de las mujeres artistas ha sido, hasta hace pocos años, sistemáticamente ignorada por el discurso oficial. Tirar del hilo de esa historia olvidada no supone tan sólo reparar una omisión intolerable, sino también cuestionar muchas de las categorías fundamentales (como las de " genio artístico " , " calidad " o " influencia " ) sobre las que asienta la disciplina de la historia del arte en su conjunto. Los orígenes del movimiento feminista se remontan al menos al siglo XVIII, pero habrá que esperar a que surja el llamado Movimiento de Liberación de la Mujer, a finales de la década de 1960, para que algunas artistas e historiadoras señalen la necesidad de intervenir, desde un punto de vista feminista, en el campo de la práctica y la teoría artísticas. Este libro es la historia de esas intervenciones, con frecuencia polémicas, no sólo en el ámbito académico e institucional sino en el del propio pensamiento feminista: la situación de las mujeres artistas, la afirmación de la diferencia sexual, la representación del cuerpo femenino, la mirada como instrumento de poder o el impacto de las nuevas tecnologías en el arte hecho por mujeres son algunos de los temas de debate que han marcado la relación entre el feminismo y la historia del arte. El resultado de esa relación entre el feminismo y la historia del arte es, sin duda, una de las renovaciones más profundas que ha conocido la disciplina histórico-artística en el siglo XX. Al tiempo que se reescribe la vieja historia, se crean otras nuevas: nuevas historias de mujeres y, por supuesto, nuevas historias del arte.