Presentación del libro ¡No nos jodas, camarada! Anécdotas militantes y carcelarias de la clandestinidad antifranquista. Con su autor, Luis Puigcercús, y Luis S. Fernández, prologuista y presidente de la Asociación de Memoria Histórica del distrito de Latina.
Tras un título tan sugerente se esconde una propuesta delicada y arriesgada: explorar los momentos más desenfadados, incluso hilarantes, de la lucha contra la dictadura en el llamado tardofranquismo. Con este trabajo el autor aborda la "cara B" de las cárceles y de la militancia antifranquista. Más allá del dolor, del sacrificio y los malos momentos que formaban parte de la vida diaria militante y carcelaria, tuvieron lugar numerosas anécdotas, absurdas, cómicas, difíciles de creer... pero ciertas, demostrando que la realidad supera a la mejor de las ficciones. Anécdotas y curiosidades que ayudan a entender cómo los presos sobrevivían al horror carcelario y los activistas sobrellevaban el riesgo de ser detenidos o abatidos, con una herramienta siempre disponible en el ser humano: el humor. El autor nos brinda pasar un buen rato al provocar una sonrisa descubriendo cientos de anécdotas y curiosidades onsólitas e inéditas, que complementan aspectos más dolorosos.
Luis Puicercús, Putxi, es un valiente y empecinado luchador capaz de sobreponerse a cualquier circunstancia además de un avezado escritor. Si de su experiencia como luchador antifranquista y represaliado preso fue capaz de crear la obra, Propaganda Ilegal, tras ella y al sufrir un ictus casi fatal nació Ictus, la experiencia que cambió mi vida, de un nuevo percance, un cáncer de garganta fue capaz de salir adelante y escribir Incombustible o de su militancia como cooperante en Cuba, Brigadistas en Cuba y Guía del Viajero a Cuba. Este titán madrileño vuelve a escena con esta divertida y no menos combatiente obra que supone ya su noveno y recomendable libro. Además del ameno relato, va ilustrado con algunas de las fotografías que fueron tomadas clandestinamente en la cárcel de Carabanchel con la cámara introducida y guardada allí de forma subrepticia por los reclusos del PCE(m-l)-FRAP, entre los que se contaba él mismo.