“Poder para las mujeres prostitutas de todo el mundo, poder para todas las mujeres

Begoña Zabala
Libro reseñado: 
Viento Sur
09/04/2021
TRABAJO
FEMINISMOS
Fronteras

Ellas ponen voz a sus propias experiencias, luchas y conocimientos, para lo que recurren también a innumerables textos y experiencias de otras compañeras y teóricas feministas. Además, están posicionadas y son protagonistas de una gigantesca lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales. En estos momentos del debate sobre la criminalización y penalización del ejercicio de la prostitución, no se puede pedir mejores ingredientes para empezar a leer un libro y entrarle al tema. Leído, desde luego que entran ganas de ser acompañante y activista con ellas.

En las primeras 150 páginas se habla de la prostitución desde el oficio, a modo de análisis, de lo que pasa, de lo que les ocurre, de lo que les recriminan, de cómo se están organizando (impresionante organización a nivel internacional). También de la forma de proyectar sus vidas, de quiénes las ayudan y quiénes las hunden en la miseria, y de los debates, sobre todo, con las abolicionistas. Para ello analizan los tres ejes principales que cruzan la prostitución: el sexo, el trabajo y las fronteras. Sin estos tres elementos, regulados en las leyes por las fuerzas conservadoras y neoliberales de los poderes heteropatriarcales, capitalistas y colonialistas, no estaríamos en esta fase del debate ahora mismo.

Y se hacen las preguntas que subyacen a menudo: ¿Es malo el sexo? Y el trabajo, ¿es bueno? Responden: “Cuando las trabajadoras sexuales afirmamos que el trabajo sexual es trabajo, lo que queremos decir es que necesitamos derechos laborales (...). De la misma manera, posicionar lo que hacemos dentro del marco del derecho laboral no constituye un respaldo incondicional al trabajo en sí. No supone apoyar el capitalismo ni desear una industria del sexo más grande y con mayores beneficios”.

A su vez, hablando de políticas contra la trata, ponen el dedo en la llaga de las migraciones. En otros cinco capítulos analizan la situación en diferentes países, sobre todo de Europa y algunos de África, América del Norte y Nueva Zelanda y Nueva Gales. Lo hacen en relación a las legislaciones que poseen y a las prácticas policiales y administrativas represivas, que alcanzan a las propias trabajadoras sexuales, a pesar de que se vendan como leyes contra la trata, los proxenetas o los clientes. En ese sentido, resulta interesante ver cómo son negativamente afectadas por las legislaciones que aquí se venden como paraísos del mundo nórdico, sobre todo en relación, y no puede ser de otra forma, con las políticas migratorias.

Para terminar, el título del capítulo de conclusiones nos deja ver por dónde caminan nuestras autoras: “Poder para las mujeres prostitutas de todo el mundo, poder para todas las mujeres”.