El nuevo libro de Montserrat Galcerán se ocupa de un tema de plena actualidad, aunque no sea, desde luego, novedoso, que tiene complejas consecuencias teóricas y políticas. El descabalgamiento de Europa como jinete lúcido, previsor, ecuánime y modelo universal que controla las riendas de una modernidad a su imagen y semejanza, no implica sólo la denuncia de un pasado y un presente a menudo teñidos de crueldad y vileza, sino la crisis de un modelo de racionalidad que lleva fraguándose más de dos mil años (cuando se inicia a orillas del Mediterráneo y que ha devenido la pauta que marca las formas correctas de pensar, de sentir o de relacionarse con el mundo).
A partir de los estudios poscoloniales y de la descolonialidad, es decir, a partir de los discursos no hegemónicos, los de los subalternos, los de las oprimidas secularmente, traza un útil recorrido que nos lleva desde la conquista de América hasta la actual forma de enfrentarse al terrorismo islamista. Es un recorrido amplio, tortuoso, a menudo violento, que saca a la luz los orígenes de una modernidad que ocultaba algunos de sus más injustificables intereses bajo el amparo apabullante de una filosofía y una cultura que se imponían como universales y absolutas. No se trata, es cierto, como apunta más de una vez la autora, de autoflagelarse o de reabrir heridas ya cerradas (algo que la izquierda, especialmente desde la caída del muro, hace a las mil maravillas). Consiste en recuperar las historias, ligadas en muchos casos al colonialismo europeo, que han sido silenciadas, desautorizadas por un proyecto civilizatorio dominante que no ha sabido aunar sus esfuerzos con los de todos los pueblos que, explotados, esclavizados, depauperados, quedaban, aparentemente, arrumbados en sus cunetas. Se ocupa de los textos de los principales teóricos postcoloniales y de la descolonialidad, y se embarca en el análisis de las polémicas habidas en la tradición marxista en torno a las colonias, la revolución en China y la estrategia de la Internacional. Nos habla de la esclavitud, de la opresión de los negros en Estados Unidos y del difícil papel de los intelectuales de color. De las luchas de las mujeres, del feminismo liberal occidental frente a los problemas reales de las mujeres indias, de las mujeres africanas: de sus estrategias, particulares, de liberación, de su búsqueda de una vida buena, alejada, seguramente, de nuestras creencias e ilusiones.
La bárbara Europa es un libro complejo, quizás no del todo bien estructurado, que sirve para acercarnos un tipo de pensamiento que se reclama, en parte al menos, ajeno al nuestro. Y unas historias que resulta necesario conocer, escuchar, atender, si queremos que el presente, que el futuro, no acusen los mismos terribles crímenes del pasado. Política, historia, filosofía... ¿Crisis de Occidente? Al menos es el momento de replantearse con rigor nuestro pasado. Así, tal vez, podamos construir otro futuro