Mario Tronti nace en la periferia urbana de la ciudad de Roma (1931) en el seno de una familia popular que trabajaba en los mercados de abastos. "Mi padre era un comunista muy estaliniano y mi madre era una católica practicante. Así que tuve esas dos 'iglesias' por así decirlo: la católica y la comunista", rememora en Otra Vuelta de Tuerka.
Tronti adquirió su madurez política en los años 50. En el año 56 hubo dos secesos clave que determinaron el devenir político en Europa: el XX Congreso del PCUS y los acontecimientos de Hungría.
Por aquel entonces, Tronti era secretario de la sección universitaria de Roma y se produjo lo que considera su "bautismo político". "Como sección universitaria tomamos la iniciativa de oponernos abiertamente a la línea del PCI", recuerda durante la entrevista. "Aquella historia me llevó a estar dentro del PCI de modo crítico, nunca ortodoxo. Y esta ha sido la línea que luego he mantenido con mucha firmeza, aunque me haya costado muchas críticas", añade. Aquí en España, era Jorge Semprún el que sostenía que "es mejor no tener razón dentro del partido que tener razón fuera", indica Pablo Iglesias.
En la década de los años 60, participa en la fundación de los Quaderni Rossi y dirige Classe Operaia, revistas que representaron el renacimiento intelectual del marxismo fuera del marco del Partido Comunista Italiano.
Tronti ha sido uno de los inspiradores del operaismo pero, al contrario que sus compañeros de viaje, su operaismo fue de tipo comunista: "No nací operaista: nací comunista. Luego me hice operaista sin abandonar mi condición de comunista". ¿Por qué, a pesar de todo, se mantuvo fiel al PCI? "Pienso que la política es fundamentalmente un problema de correlación de fuerzas. Una gran fuerza consigue resultados, aunque sean ambiguos, mientras que una fuerza pequeña, aún teniendo la razón, puede no conseguir ningún resultado", responde.
En la actualidad, en unos tiempos de agotamiento de las pasiones políticas y tras el vacío que ha dejado la izquierda, el hoy senador de la República Italiana, concluye que el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo es precisamente consecuencia de la "espectacularización y mediatización de la política".