«Infancia es una fruta» (premio de poesía Joven Vaso Roto) es un poemario que se coloca ante las etapas vitales, desde la amistad, la juventud y la posición ante la familia, en pensamientos que se dibujan desde lo cotidiano y lo crítico.
Nunca he tirado piedras
a la distancia,
a una pared de cal que se picaba,
a algún objetivo vivo,
era niña,
tenía el juego simbólico, de animales
o familias
recogía flores que siempre traía a casa,
daba sólo las vueltas que me dejaban con la
bici
y explicaba con
quién iba
no podía caerme,
la costra en las rodillas era de los niños.
Yo no quería tirar piedras,
sí, poder hacerlo.
Me arrancaba las costras como protesta
a no tener piernas de niña,
unos dedos pequeños
en la carne
que sólo querían poder jugar,
volver sin que cuenten cada paso
con la propiedad de ellos.
Las vidas de las niñas son de toda la familia,
los niños tienen la suya propia.
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Las posibilidades del gotelé
En este piso alquilado, de paredes lisas,
¿qué punto miras antes de dormir?
Cuando no hace falta luz
porque miras viendo el día,
las tareas pendientes,
qué línea de metro se romperá mañana
y el pan que no queda,
echas de menos buscar formas en los grumos,
creer en algo antes de dormir,
el gotelé y sus posibilidades.