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Abriendo tanto la cartografía como la polarizada taxonomía de la Guerra Fría, este libro plantea un análisis polifónico y multifocal de las prácticas artísticas, discursos estéticos y modelos de resistencia en el eje trasatlántico desde 1948 hasta hoy en día. A partir de una reflexión transversal y transnacional, los diferentes estudios que integran Atlántico Frío descentran el eje París-Nueva York, haciendo hincapié en procesos de transferencia e intercambio y su relación con las dinámicas socio-políticas, identitarias y postcoloniales que determinaron el conflicto global de la Guerra Fría. Esta obra participa en la necesaria revisión y cuestionamiento del papel de la cultura y del arte durante este período y propone una lectura renovada del rol que tuvieron artistas, críticos de arte, agentes culturales y exposiciones en el espacio tricontinental (de las Américas, de Europa del sur y de África) en la creación de redes culturales transnacionales, geografías disidentes y estructuras globales. Cuestionando las construcciones historiográficas de la Guerra Fría por largo tiempo centradas en la confrontación bipolar entre los bloques occidental y soviético, busca contribuir a una nueva cartografía de las prácticas artísticas en sus colaboraciones (y tensiones) con las prácticas políticas, a través de una lectura desde el Atlántico y el Sur global.