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Como tantos otros, Kantorowicz, reconocido intelectual en Alemania, se vio obligado al exilio en Francia justo con la llegada al poder como canciller de Hitler. Allí mantuvo relación directa con los intelectuales que bien pensaban quedarse en el país vecino como con los que pretendían acabar en países más remotos. Fue una figura fundamental en la conservación de la literatura antifascistas con la fundación de la Biblioteca Libre Alemana. También trabó o continuó con grandísimas relaciones gracias a la Asociación de escritores alemanes en el extranjero.
Poco después de la formación de las Brigadas Internacionales, en octubre de 1936, en diciembre, llegó a Kantorowicz con el fin de formar parte de la lucha activa contra el fascismo. Inmediatamente inició sus notas del que sería su Diario de la guerra civil española, publicado por primera vez en 1939 y revisado por el autor en 1979 poco antes de su muerte. El diario nos permite entrar en batalla, relacionarnos con muchísimos de aquellos conocidos como voluntarios con gafas, el funcionamiento interno de una de las Interbrigadas menos conocidas, el Batallón Tschapaiew (el batallón de las 21 naciones), nos bombardearan en Madrid, estaremos presentes en el Congreso de Escritores Antifascistas en Valencia, sufriremos pérdidas, tendremos dudas respecto a las decisiones del Partido Comunista y aprenderemos un poco más de una guerra que en gran parte fue nuestra y en parte la de otros.