Érase una vez una niña que nació el 1 de enero de 1900 en una casa pobre y en una tierra aún más pobre. Se llamaba Modesta y era siciliana, pero desde el principio su cuerpo y su mente reclamaron para ella una vida más allá de los confines de su aldea y de su condición de mujer ignorante. Cuando aún era una chiquilla, Modesta fue enviada a un convento y de allí al palacio de unos nobles, donde su enorme talento y su inteligencia maquiavélica le permitieron controlar la economía de la casa y convertirse en aristócrata gracias a un matrimonio de conveniencia, y eso sin dejar de seducir a hombres y mujeres de toda ralea, que serían compañeros fieles hasta los últimos días de su vida. Amiga generosa, madre entregada, amante sensual... En fin, mujer capaz de saltarse con ingenio las reglas del juego de su tiempo para gozar del verdadero placer, Modesta habita las intensas páginas de esta novela y recorre la historia europea del siglo con la fuerza que distingue a los grandes personajes de la literatura universal.
AUTOR/A
SAPIENZA, GOLIARDA
Gracias al buen hacer y al entusiasmo de la editorial francesa Viviane Hamy, el trabajo de una gran escritora italiana volvió a la luz el año pasado. Se trata de Goliarda Sapienza, una mujer nacida en Catania en 1924 en el seno de una familia progresista y desde siempre vinculada al mundo de la política. Su padre era abogado sindicalista, y la madre, Maria Giudice, fue una figura histórica de la izquierda italiana, directora del #Grido del popolo#, donde trabajó junto a Antonio Gramsci. Goliarda Sapienza fue educada en casa, pues en aquel entonces en las escuelas italianas reinaban las consignas del régimen fascista, y a los 16 años inició unos cursos de arte dramático que le permitieron trasladarse a Roma, la ciudad donde vivió desde entonces. Durante muchos años trabajó con éxito en el teatro, interpretando las obras de Pirrandello y haciendo alguna tímida incursión en el cine de la mano de Visconti. Desde siempre amó la escritura, y en vida publicó cuatro novelas autobiográficas, pero su gran obra, El arte del placer, al principio fue rechazada por muchas editoriales, y finalmente se publicó póstuma en Stampa Alternativa gracias al empeño de su esposo, Angelo Pellegrino. Goliarda Sapienza murió en 1996, ignorada por la crítica y el público de su país, y sin saber que, casi diez años después de su muerte, la crítica francesa la aclamaría como a una de las grandes autoras de todos los tiempos.