Un expedicionario, una isla, un oficial y un condenado. Y, por supuesto, la Máquina. Tales son los ingredientes que conforman este relato de Kafka, leído por él mismo en 1916 ante un público impresionado. Se dice que unos pocos abandonaron la sala, y que hubo algún desmayo. En el Penal nos llega ahora con una brillante traducción de Jorge Seca e ilustrado por Luis Peso, sin perder un ápice del carácter tragicómico y bélico, cercano al cine mudo de la época.
AUTOR/A
KAFKA, FRANZ
FRANZ KAFKA Franz Kafka (Praga, 1883-Kierling, 1924) es una de las principales voces literarias que canalizan la visión del mundo del hombre del siglo XX. Nació en el seno de una familia checa germanoparlante de extracción relativamente humilde. Haciendo grandes esfuerzos, se licenció en Derecho en 1906, una carrera que no le interesaba demasiado. Dos años más tarde entró a trabajar en una empresa controlada en parte por el Estado que le ofrecía las condiciones deseadas para compatibilizar trabajo y literatura: buen sueldo y una jornada laboral que le dejaba las tardes libres. A lo largo de la década que va de 1908 a 1917, Kafka pudo volcarse plenamente en la actividad literaria y fue ese período de su vida el más productivo en ese sentido. Además de sus Diarios, que empezó a redactar en 1909, Kafka escribió en esos años gran parte de sus mejores cuentos y nouvelles: los relatos que conforman el volumen Contemplación (1908, publicado en 1912), La metamorfosis (1912, publicado en 1915), La condena (1912, publicado en 1915), En la colonia penitenciaria (1914, publicado en 1919) y la mayor parte de los cuentos pertenecientes al volumen Un médico rural (1915-1917, publicado en 1920). También en esa época de su vida inició dos de sus tres novelas, que dejó inacabadas: América (también conocida como El desaparecido) y El proceso, ambas publicadas póstumamente. El año 1917 marcó un punto de inflexión en la vida de Kafka: le diagnosticaron tuberculosis pulmonar. Condicionado por una enfermedad de constantes altibajos, pero que iría mermando su salud año tras año, Kafka escribió relativamente poco en la etapa final de su vida: algunos relatos, la continuación de sus Diarios, una serie de aforismos redactados en 1917 y su novela El castillo en 1922. Tras un agravamiento de su tuberculosis, Kafka murió en 1924 en un sanatorio no lejos de Viena.