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Abril de 1968. El comité central del Partido Comunista Checoslovaco aprobaba el «Programa de Acción». El documento sintetiza los principios en los que debía basarse el socialismo de rostro humano que postulaban Dubcek y la nueva dirección del partido. 20 de agosto de 1968, 11 de la noche. Con el beneplácito de los gobiernos de la Unión Soviética, la República Democrática Alemana, Polonia, Bulgaria y Hungría, 200.000 soldados y 5.000 tanques del Tratado de Varsovia atravesaron la frontera checoslovaca, entrando en Praga seis horas más tarde, a las 5 de la mañana del 21 de agosto de 1968. El lógico, filósofo y traductor Manuel Sacristán (1925-1985), entonces miembro del comité ejecutivo del PSUC, dedicó tiempo y esfuerzos a reflexionar e intervenir teórica y políticamente sobre lo sucedido. La invasión y ocupación de Praga, el secuestro de sus dirigentes políticos, la aniquilación de aquel esperanzador intento de cambio democrático-comunista no falsario ?que nunca renunció a las finalidades socialistas? constituyen un momento decisivo en la evolución política de Sacristán, un aldabonazo sobre las realidades interesadamente ocultadas tras el denominado «socialismo real» y sobre la urgencia de renovación del programa, de los procedimientos y de los objetivos de un marxismo político no entregado al poder inexpugnable de los agitadores del caos ni silente ante toda clase de barbarie. La destrucción de una esperanza pretende dar cuenta de sus análisis y observaciones sobre este acontecimiento esencial de la historia del comunismo del siglo XX. Presentar y discutir los fundamentos teóricos de las posiciones de Sacristán, mostrar la evolución de sus hipótesis, dar cuenta del caudal de sugerencias para el futuro que fue capaz de formular en circunstancias nada fáciles y señalar el tronco democrático-republicano y socialista que él tan bien representaba, son los objetivos básicos de estas páginas.