Buzzcocks, Magazine, Joy Division, John Cooper Clarke, The Durutti Column, Ludus, A Certain Ratio, New Order, The Fall, The Blue Orchids, The Smiths, James, 808 State, A Guy Called Gerald, Happy Mondays, Stone Roses, Autechre, Chemical Brothers?las camadas de Mánchester se expandieron como renglones nerviosos de un destino sellado desde finales de los 70 hasta la transformación en Madchester y, desgraciadamente, en Gunchester.
El sonido de una ciudad de florido rizoma genético, que se confunde entre la caldera punk, el mega-ritmo post-punk y el descubrimiento de la rave como chute necesario en el crossover dance-rock más extasiado que se recuerda. De la endogamia existencial de Ian Curtis al fragor estroboscópico en The Haçienda, de New Hormones a Factory, las escenas se escriben solas: las de una generación que llegó a ser, al menos por un tiempo, auténtica capital del mundo pop. Como bien dijera Tony Wilson, ser de Mánchester era lo más cool, pero también que unos nacen para hacer dinero y otros para hacer historia. La que se recoge entre estas páginas cortadas con la maña de un camello VIP. ¿O podía ser de otra forma?
MÁNCHESTER. EL SONIDO DE LA CIUDAD
AUTOR/A
BLANCO GENDRE, MARCOS
Marcos Gendre (A Coruña, 1978) es cofundador del magazine Lazancadilla.com. Además, es colaborador de otras publicaciones como El Salto y Zona de obras. También escribe para las revistas Rockdelux, Mondosonoro, Luzes, Panenka, Volata y Cuadernos Efe Eme. Entusiasta caníbal discográfico, Gendre arranca su labor en el ensayo musical mediante el aclamado 200 discos de bolsillo: 1977-91 una historia alternativa en formato pequeño: «Después de devorar este libro, busco por Google en “similares” y la respuesta siempre es la misma: no existen (El Enano Rabioso)».
Tras este punto de partida, y obras tan sobresalientes como Mánchester. El sonido de la ciudad, Hüsker Dü. Encrucijada en la cumbre, The Go-Betweens. Necesito dos cabezas y Miles Davis. Big bang oceánico, ahora le llega el turno a Blues de la frontera. Anarquía y libertad de los Amador, su esfuerzo más ambicioso hasta la fecha.