Nada está acabado o es concluso en la obra de Jesús Ibáñez y sí, por el contrario, despierto y vibrante. Por una sociología de la vida cotidiana es un libro de fragmentos heterogéneos y representativos, piezas de emoción política e intelectual que atraviesan el tiempo, en los que trata desde la sociología a la física, del psicoanálisis a la política, desde las matemáticas a la literatura a la filosofía? Ibáñez discute en este libro, en que aparecen los rasgos inequívocos de la personalidad del autor, contra todo.
Pocas veces un intelectual de la talla de Jesús Ibáñez ha metabolizado con mayor facilidad el pensamiento y la realidad, la crítica política y la acción en un libro de partículas vivas, bocados de lo real: El sexo, la casa, los periódicos, la sociedad, los juguetes, el salón, nada en donde se pueda vivir, comer y dormir es ajeno a este libro.
POR UNA SOCIOLOGÍA DE LA VIDA COTIDIANA
AUTOR/A
IBAÑEZ ALONSO, JESÚS
Jesús Ibáñez fue el único hijo de una madre soltera, propietaria de un pequeño comercio y de algunas vacas en la aldea de San Pedro del Romeral, en el Valle del Pas (Cantabria). Muy pronto le interesó la filosofía y decidió estudiar Ciencias Políticas trasladándose a Madrid.<BR>En la facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid, más tarde Universidad Complutense de Madrid, entró en contacto con disidentes que se convertirían en figuras importantes del pensamiento español, como Alfonso Sastre o Ignacio Aldecoa. Durante las detenciones de estudiantes e intelectuales de 1956, Ibáñez y otros tres estudiantes redactaron un escrito de solidaridad. Los cuatro fueron juzgados e Ibáñez fue condenado a seis años de cárcel, aunque finalmente sólo cumplió seis meses.<BR>Su encarcelamiento provocó su expulsión de las instituciones académicas con las que colaboraba: el Instituto de la Opinión Pública, la Escuela de Periodismo y la Universidad Complutense. Cuando salió de la cárcel, Ibáñez se encontró sin trabajo ni posibilidad de encontrarlo y fundó el Instituto de Investigaciones de Mercado ECO.<BR>A finales de los años sesenta participó en la fundación de la Escuela Crítica de Ciencias Sociales de CEISA de Madrid, un marco docente libre, que fue clausurado en sucesivas ocasiones por la policía franquista. En 1974 Ibáñez se reincoporó a la Universidad Complutense gracias al apoyo de, entre otros, Salustiano del Campo. En 1982 logró la cátedra de Métodos y Técnicas de Investigación Social de esa misma universidad.