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Común, procomún, comunes, comunales... las denominaciones varían, pero todas ellas apuntan a formas de propiedad, uso y aprovechamiento de los recursos, la vida y el planeta que no pasan ni por la mercancía ni por el Estado. En este libro, Silvia Federici explora la noción de lo común. Nos dirige la mirada hacia la gran expropiación, todavía en curso, que supone la inacabable imposición del capitalismo. Los comunes, las formas de organización comunitaria de los ecosistemas humanos, existen desde que se formaran las primeras sociedades. Y los comunes han sido el objeto prioritario de sucesivas rondas de rapiña y cercamiento capitalista, que todavía hoy persisten sobre la tierra, el cuerpo, la vida y el conocimiento, especialmente cuando estas materias se dicen en femenino.
Federici apunta, de este modo, a un futuro posible de emancipación, de organización no patriarcal y no capitalista de la reproducción social, que pasa necesariamente por una ampliación y reinvención de lo común. Como ella misma dice: «El horizonte que nos propone el actual discurso y política de los comunes no consiste en la promesa de un retorno imposible al pasado, sino en la posibilidad de recuperar el poder de decidir colectivamente nuestro destino en esta tierra». Esto es lo que ella llama reencantar el mundo.