Franklin Hata, ciudadano modelo en una pequeña ciudad del estado de Nueva York, ha conseguido con sus modales y su dedicación al trabajo que sus conciudadanos olviden que es un japonés llegado después de la Segunda Guerra Mundial. Ha llevado siempre una vida de gestos y cortesía, respetando todos los límites. Pero el impenetrable señor Hata no ha sido siempre así ni ha sido siempre Franklin Hata... El autor va revelando los secretos oscuros del que antaño fuera Ziro Kurohata, descendiente de la menospreciada minoría coreana en Japón, donde también consiguió que los japoneses olvidaran que era un intruso. Y cuando se alistó en el ejército, le encargaron la tarea de velar por la salud de las mujeres coreanas que llevaban como esclavas sexuales para consuelo de la tropa...
AUTOR/A
LEE, CHANG-RAE
Chang-rae Lee (1965), nació en Corea del Sur y emigró a los Estados Unidos con su familia cuando tenía tres años. Su primera novela, En lengua materna, publicada en esta colección, fue premiada con el PEN Hemingway Award, el Oregon Book Award y el American Book Award, entre otros galardones, mientras que las revistas The New Yorker y Granta lo destacaron como uno de los más prometedores escritores del nuevo siglo.«Una novela vigorosa y poética que llega hasta la raíz de aquello en lo que indaga... Excelente» (Marcos Giralt Torrente, El País); «Escritura especialmente afilada y perturbadora» (Manuel Ollé, ABC). Con su segunda novela, Una vida de gestos, se consagró como una de las voces más originales y ambiciosas de la literatura norteamericana contemporánea: «La angustia y el esplendor de una prosa que fluye sin desmayo, apretada de significaciones y consoladora como el sueño de opio que trata de espantar el acoso de una pesadilla» (Juan Manuel de Prada, ABC); «Muchos críticos le han comparado a Kazuo Ishiguro. Un nuevo valor seguro en la literatura contemporánea» (Isabel Núñez, La Vanguardia). Desde las alturas es su tercera novela: «La primera novela suya que me engullo, y debo decir que, a partir de ahora, me cuento entre sus seguidores más fieles. Altísima temperatura literaria. La prosa, magnífica. A Lee le han comparado con Updike. Por derecho propio ya forma parte de la pléyade de los más grandes» (Jordi Llavina); «La cristalina prosa de un joven maestro» (Rodrigo Fresán, Página 12).