Para envío
Por la manera en que me acomodé en el útero,
obstruí casi fatalmente el cordón umbilical de mi hermano.
Fue un milagro que sobreviviera.
Yo soy el primogénito, tengo una talla más en los zapatos
y puedo tolerar mi tristeza pero no la suya.
n amante que se va; una cardiopatía; una playa de la infancia; un hermano gemelo; una fiebre paralizante; un final y un principio. La vida se compone de fragmentos de distinta naturaleza, de distinta intensidad. El orden es una construcción ficticia (una fantasía), pero el dolor no. El dolor duele. El dolor impone una urgencia, y de esa urgencia nace Ensayos del dolor propio, que no es una novela, ni unas memorias, ni un poemario ni una colección de ensayos. Es un libro refugiado en los márgenes ?de los géneros, de las páginas? para desplegar desde allí la escritura como una performance de supervivencia. ?Voy a escribir sobre lo que conozco hasta en sus límites más remotos: lo que me asusta y lo que me duele?, advierte el narrador en el prefacio, anunciando una escritura impúdica, sobreexpuesta, que muestra las costuras. El miedo a la enfermedad, la escritura como enfermedad, la escritura del miedo?: la ecuación se cierra sobre sí misma, sin solución. Es en la renuncia al secreto donde hay que buscar una cura.