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Esta es la segunda entrega de reflexiones sobre los límites y aciertos de las prácticas feministas, que busca problematizarlas y dotarlas de mayor consistencia.
"Deseo tanto entablar con otras esta conversación. Volver a traer temas que brotan y desaparecen en la discusión entre nosotras. Contribuir un poco a la reflexión compartida que urge sobre la manera en que construimos vínculos entre distintas. En particular, a la manera como alumbramos formas siempre inéditas, potentes y simultáneamente contradictorias de amistad política entre mujeres en lucha.
Practicar la amistad política entre mujeres es, de por sí, vivir a contracorriente del mundo tal como es, tanto en el ámbito privado y familiar como en el espacio público. Significa no plegarse ingenuamente, sino desobedecer y rebelarse a lo estructurado de modo patriarcal y por eso es, a veces, tan pero tan difícil sostenerlo, entenderlo y expresarlo.
Existe, además, una paradoja: aliarse con otras mujeres es una decisión íntima y personal, sostener la alianza y politizarla es una apuesta que no depende únicamente de una misma. Urge explorar la paradoja y documentar lo que ya hemos aprendido.", nos explica Raquel Gutiérrez.