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Las movilizaciones del 15M y el ascenso de Podemos han sacudido a la sociedad española. El colapso económico ha llevado a una repolitización frenética y sorprendente de nuestro país. Pero la crisis española no se debe exclusivamente a las altas tasas de desempleo, al incremento dramático de los desahucios o a la corrupción política. El país se encuentra hundido también en una profunda crisis constitucional y territorial, heredada de la transición y consecuencia de la falta de una ruptura democrática con el régimen franquista. Su tesis principal es que la ventana de posibilidades sigue estando abierta si las fuerzas rupturistas aprenden a valorar la diversidad y a respetar la particularidad de los conflictos catalán, vasco y gallego.