¡Qué éxito el Nombre del Padre! Significa algo para todo el mundo. La pateternidad posee poca evidencia natural, es en primer lugar un hecho cultural. «El Nombre del Padre -señala Lacan- crea la función del padre.» Pero entonces ¿de dónde viene ese plural?
No es pagano, está en la Biblia. Quien habla en la zarza ardiente dice sí misma que Él no tiene un único Nombre; entiéndase: el Padre no tiene Nombre propio. No es una figura, es una función . El Padre tiene tantos Nombres como soportes.
¿Su función? La función religiosa por excelencia: unir. ¿Qué? El significante y el significado, la Ley y el deseo, el pensamiento y el cuerpo. Para resumir, lo simbólica y lo imaginario. Solo que si estos dos se anudan de a tres con lo real, el Nombre del Padre ya no es más que un semblante. En cambio, si sin éste todo se desata, es el síntoma del nudo mal hecho.
DE LOS NOMBRES DEL PADRE
AUTOR/A
LACAN, JACQUES
Nació en París el 13 de abril de 1901. Realizó estudios de especialización en psiquiatría entre 1927 y 1931. En el año 1934 se integró como miembro adherente a la Sociedad Psicoanalítica de París (SSP), y en 1938 fue nombrado titular. En 1953 presentó su dimisión y se unió con Daniel Lagache para fundar la Sociedad Francesa de Psicoanálisis, que duró diez años. Su primera publicación apareció cuando tenía 66 años y señala, además, el inicio de su enseñanza a través de la realización de sus seminarios públicos. En éstos, contribuyó a restituir la significación hasta entonces postergada del legado de Freud, al mismo tiempo que completó el edificio teórico freudiano utilizando los aportes de la lingüística, la antropología estructural, la filosofía, la lógica, la literatura y el arte. Cuestionó profundamente el desarrollo de la disciplina posterior a Freud. Sus críticas le valieron la expulsión de la Asociación Internacional de Psicoanálisis en 1963. En 1964 creó la Escuela Freudiana de París. Murió en su ciudad natal el 9 de septiembre de 1981.