Brillante intelectual, Antonio Gramsci (1891-1937) fue un teórico marxista original y heterodoxo cuya amplia pero dispersa obra integran los numerosos escritos que redactó a lo largo de su vida -incluida su estancia en la cárcel- sin propósito de publicación. En una época de desconcierto del pensamiento progresista y de izquierdas, no es extraño que su pensamiento -que se extiende asimismo a los ámbitos de los estudios culturales y del análisis del discurso- y su figura estén siendo reivindicados cada vez en mayor medida por movimientos comprometidos con el cambio social y críticos con las organizaciones políticas tradicionales. El presente volumen proporciona una excelente a la vez que completa y sintética antología de sus escritos. Cada uno de los apartados en que está dividida va precedido por una breve introducción explicativa y la complementan un imprescindible índice analítico, así como un útil glosario que presta una inestimable ayuda para navegar por los escritos gramscianos sin perder la referencia de lo que son los conceptos fundamentales de su pensamiento.
ESCRITOS (ANTOLOGÍA)
AUTOR/A
GRAMSCI, ANTONIO
Antonio Gramsci. Teórico y activista político marxista, nació en Cerdeña en 1891. A pesar de las dificultades financieras y de salud, Antonio Gramsci estudió en la Universidad de Turín, donde recibió la influencia intelectual de Croce y de los socialistas. En 1913 se afilió al Partido Socialista Italiano. Al final de la guerra, sus lecturas de Marx, Engels y Lenin lo impulsaron a rechazar el idealismo filosófico. En 1919 fundó el periódico Ordine Nuevo, dirigido al proletariado italiano. Ante la disyuntiva planteada por el curso que tomaba la Revolución rusa, Gramsci optó por adherirse a la línea comunista y, en 1921, se escindió con el grupo que fundó el Partido Comunista Italiano. Integró el Comité Central, al que también representó en Moscú en el seno de la Tercera Internacional (1922), y en 1924 creó un órgano de prensa oficial (L?Unità) y fue diputado. Cuando en 1925 Mussolini anunció su propia dictadura, Gramsci pasó a la clandestinidad en medio del opresivo clima de intimidación creado por los fascistas. Fue arrestado en 1926 y después de once años de malos tratos y confinamiento, durante los cuales no volvió a ver a su esposa ni a sus hijos, murió en 1937. En esas condiciones, sin embargo, Gramsci fue capaz de producir una gran obra escrita (los treinta y cuatro Cuadernos de la cárcel) que contiene una revisión historicista del pensamiento de Marx, tendente a modernizar el legado comunista para adaptarlo a las condiciones de Italia y de la Europa del siglo XX. El tema más persistente en sus cuadernos defiende la ampliación de las bases sociales del comunismo a toda clase de trabajadores, incluidos los intelectuales. Sus aportes teóricos influyeron poderosamente en la adaptación democrática del comunismo occidental que se produjo en los años sesenta y setenta. En la actualidad, la concepción gramsciana de hegemonía permite articular el combate contra las ideologías burguesas modernas con la práctica marxista entre las clases populares.