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La revolución alemana de 1918-1919 es quizás uno de los acontecimientos peor conocidos y más silenciados del siglo XX. La derrota sufrida en la Gran Guerra, con las ominosas cargas que supuso para la población alemana, propició una revolución que si bien trajo consigo el derrocamiento del Estado monárquico y militar del II Reich y la proclamación de la República de Weimar, supuso también el fin, paradójicamente, de toda tentativa de constitución de una democracia socialista. Esta nueva coyuntura política, que recogía las demandas de las distintas burguesías y de buena parte de las clases subalternas, se concretó también en un proyecto socialista que exigía una República de Consejos. Es por ello que puede decirse que la Revolución alemana fue una diversidad de revoluciones, organizada en torno a dos poderes: el sostenido por el Partido Socialdemócrata de Alemania y el encabezado por diferentes grupos radicales como los espartaquistas, que conformaron el Partido Comunista de Alemania, liderado por Karl Liebknecht, Rosa Luxemburg y Clara Zetkin. Este libro ofrece una reconstrucción de los acontecimientos y de las distintas fuerzas sociales que los configuraron, así como de los hechos más relevantes sucedidos en los distintos estados alemanes. Además, su descripción e interpretación son abordadas a partir de algunos de los ejemplos más significativos del arte, el teatro, la música y la filosofía.