LA SONRISA DE ANGELICA

MONTALBANO - LIBRO 22
Imagen de cubierta: LA SONRISA DE ANGELICA
Precio: 18,00€
Sin stock, sujeto a disponibilidad en almacenes.
Editorial: 
Coleccion del libro: 
Idioma: 
Castellano
Número de páginas: 
224
Dimensiones: 220 mm × 140 mm × 0 mm
Fecha de publicación: 
2013
Materia: 
ISBN: 
978-84-9838-541-0
Traductor/a: 
CLAVEL LLEDÓ, TERESA

En las últimas novelas de la serie, la edad que le pesa a Montalbano le está llevando a interrogarse sobre su vida; en concreto sobre los amigos que ha hecho y que le restan tras una vida de policía. Si vimos cómo actuaba para proteger a su vice, Augello, en esta ocasión La Sonrisa de Angélica examina al siempre eficiente y cómplice Fazio, que aquí se mostrará dispuesto a proteger a un Montalbano confuso por una ilusión de un amor ideal de juventud, el de la Angélica del Orlando Furioso.
En Vigàta se han producido unos robos a domicilios realizados con una técnica sofisticada, con idéntico modus operandi, que indica que están planificados con un cuidado que implica una finalidad posterior. Un hecho que se confirma y complica cuando el comisario recibe una carta anónima desafiante y que anuncia los próximos movimientos de esta banda de ladrones.
Lanzado el desafío, Montalbano, nuevo Orlando (que se convierte en furioso a partir de cierto momento; las referencias y el juego con el poema épico de Ariosto son constantes y acertadas), responderá a él empleando sus armas habituales: la intuición, su indisciplina que le permite no caer en trampas en las que un policía más legalista y miope hubiera quedado atrapado, su sentido del deber, que al final siempre se impone, y la colaboración de "su" comisaría, creada a su imagen y semejanza pero que precisamente por eso es fiable y eficiente.
Nuevamente enfrentado a una disyuntiva personal y afectiva, Montalbano sale a la vez fracasado y triunfante, con su sentido del deber incólume pero con su amor propio cada vez peor.
Tal vez sea un nuevo episodio de la desaparición de los sueños ideales, un paso adelante en el mundo real, que es en definitiva el que hace que Montalbano se sienta viejo. Pero es un mundo en el que Montalbano todavía puede hallar refugio, aunque sea en los miembros de su comisaría. Algo que, sin duda, le provoca una sensación agridulce.
Que, sin embargo, es enormemente satisfactoria para el lector.