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El futuro del mundo, y sin duda el nuestro, parece asemejarse cada vez más al de un Brasil violento y desigual, una vasta sociedad de pobres basada en la economía informal. Y sin embargo, en la historia y en el presente del gigante latinoamericano podemos encontrar algunas claves de salida a este destino impuesto. Así en el ámbito político, las medidas de redistribución de los gobiernos Lula muestran que la movilización productiva actual se basa en la vida, en el conocimiento y en la cooperación y, por lo tanto, que las políticas sociales son tanto una forma de radicalización democrática como eficaces políticas económicas. Desde una perspectiva antropológica, Brasil aporta puntos de vista otros, voces que vienen de la Amazonia y del movimiento antropófago, de la cosmología amerindia y de la creolisation, para poner en crisis la filosofía occidental y el sujeto moderno.
A partir de la provechosa utilización de Deleuze, Foucault, Guattari, Negri, Agamben, Viveiros de Castro u Oswaldo de Andrade, este libro muestra que la división Norte-Sur, centro-periferia, ha entrado en implosión. El Sur y la periferia condensan una enorme potencia, sólo oculta bajo la fragmentación y la pobreza impuesta por el mando global; una potencia que también se reconoce en las metrópolis postcoloniales europeas. En definitiva, el mundo deviene Brasil y Brasil deviene el mundo. Nos enfrentamos a una bifurcación, en la que tomar posición se vuelve algo urgente: debemos elegir entre la brasilización del mundo en forma pobreza y violencia; o la radicalización de un nuevo mestizaje democrático que Cocco denomina MundoBraz.