Los conceptos de Benjamin proceden de un edificio intelectual de carácter filosófico, pero se sustraen a una categorización filosófica severa. ?En contraposición con todos los demás filósofos?, escribe Theodor Adorno sobre su amigo, ?su pensamiento no era uno que ?por paradójico que esto suene? se despliega en el ámbito de los conceptos?. El pensamiento filosófico de Benjamin hurga en las zonas marginales de la cultura y la cotidianidad, se dedica con intensidad a las anomalías, a cosas que se contraponen con lo que en general se considera. Sin fijaciones conceptuales resulta también impensable, por cierto, la filosofía de Benjamin, aunque su empleo de los conceptos puede ser comparado con el de una escuela filosófica. Benjamin se sirve con predilección de formulaciones metafóricas o alegóricas. Sus conceptos tienden a la expresión figurada. Los conceptos escogidos son representativos de toda su obra escrita. Muestran las ?definiciones? y los empleos relevantes, desde el punto de vista del contenido, realizados por Benjamin. En este sentido se aspiró a la completitud; en ocasiones, la incorporación de un pasaje fue también, sin embargo, materia de interpretación. En primera línea, a través de las apariciones del concepto debía mostrarse cuáles textos se relacionan entre sí a través de los conceptos. En los registros fueron agregadas, por un lado, remisiones a pasajes en los que el concepto en sí no aparece, pero el contexto sugiere la mención; por otro, testimonios de conceptos afines en cuanto al contenido, cuya incorporación las autoras y los autores consideraban necesaria.