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La cacerolada, forma de protesta extensamente utilizada en diferentes países en la actualidad, tienen su origen histórico en lo que se conoce como Charivari en Francia y Rough music en Inglaterra, ritual carnavalesco consistente en un estallido sonoro realizado con ollas y cazos con la intención de señalar y reprobar una transgresión de las normas establecidas.
El estudio de las causas que propiciaban estos charivaris a lo largo de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX es el objeto de discusión en el intercambio epistolar los historiadores Natalie Zemon Davis y E.P. Thompson mantuvieron entre 1970 y 1972 y que ofrecemos en este volumen.
Junto a la correspondencia, se incluyen los textos de ambos historiadores que en ella se debaten, artículos ya clásicos de la historiografía del siglo XX (uno de ellos, de E.P. Thompson, inédito en castellano) que nos ofrecen un exhaustivo estudio sobre la función social y la morfología de estos rituales que han trascendido hasta nuestros días como vehículo de protesta popular.
"No es extraño que la cacerolada y la licencia carnavalesca para escarnecer también pudieran volverse contra las autoridades políticas, y con el cambio de composición social y de edad de las abadías urbanas a veces así ocurría. Aquellos jueces de mal gobierno, aquella compañía de príncipes, patriarcas y obispos, eran más dados que el joven abad de pueblo a dirigir sus dardos contra los poderosos. Lo que se criticaba no era el desorden doméstico de las familias gobernantes, sino más bien su mal gobierno político. Y este era un cauce importante para las críticas en aquellas ciudades oligárquicas, donde incluso los artesanos y mercaderes acomodados tenían pocas oportunidades (suponiendo que tuvieran alguna) de tomar decisiones políticas."