Marxismos negros, ecología, feminismos y la experiencia del movimiento obrero.
Montserrat Galcerán Huguet. Catedrática de filosofía, militante feminista desde los años 70 y participante de la Fundación de los Comunes, es autora de numerosos artículos y libros,
Traficantes de Sueños. Calle Duque de Alba, 13.
La obra de Marx, también la de Engels, tuvo un amplio interés por las mujeres obreras y por la construcción de la familia. Sobre algunas de esas ideas se apoyarían a futuro una parte de los movimientos feministas revolucionarios. Pero, por otro lado, no se puede negar que el eje central del marxismo siempre se articuló sobre el sujeto obrero-varón-asalariado. La centralidad de esta perspectiva causó fuertes críticas desde el feminismo que son centrales para construir cualquier análisis crítico desde una perspectiva de clase sólida.
Como decía Silvia Federicci, muchas feministas “criticaron de forma fuerte a Marx porque éste se enfrentó a la historia del desarrollo del capitalismo en Europa, en el mundo, desde el punto de vista de la formación del trabajador industrial asalariado, de la fábrica, de la producción de mercancías y el sistema del salario, mientras que obvió problemáticas luego cruciales en la teoría y la práctica feminista: toda la esfera de las actividades centrales para la reproducción de nuestra vida, como el trabajo doméstico, la sexualidad, la procreación; de hecho no analizó la forma específica de explotación de las mujeres en la sociedad capitalista moderna.”
En esta sesión trataremos de adentrarnos en estas relaciones y contradiccionmes abiertas en los encuentros y desencuentros entre feminismos y marxismos.